INGREDIENTES:
Para la masa, que sirve de base y de adorno:
- Un kilo de harina.
- Medio litro de agua tibia (aproximadamente).
- Una cucharada sopera rasa de sal gorda.
- Tres cucharadas de aceite de oliva.
- Una perola de 36 cm de diámetro superior.
- Aceite de oliva para untar el molde.
Para la masa del cuajado:
- Medio kilo de almendras peladas.
- Medio kilo de azúcar.
- Medio kilo de huevos (se pesan con cáscara).
- Canela molida a gusto (una cucharada sopera
rasa).
- La ralladura de un limón hermoso.
- Azúcar para espolvorear encima el cuajado,
antes de hornearlo.
ASÍ LO HACEMOS:
Procedemos a preparar la masa de la base con la harina, agua,
sal y aceite de oliva.
Cuando podamos trabajar bien la masa, y que ésta no se pegue
a la superficie, es el momento de cubrir la perola con ella.
Con ayuda de nuestras manos, repasamos muy bien el interior
de la perola con aceite de oliva, para facilitar que se desprenda
con facilidad el cuajado, una vez horneado.
Extendemos con ayuda de un canuto de caña o rodillo de
madera la masa, dejándole un grosor de unos tres milímetros.
Cubrimos el interior áe la perola. Recortamos, con ayuda de unas
tijeras de cocina la masa sobrante, coincidiendo con el borde del
rácipiente. Con paciencia (pues de esto dependerá en gran parte
la presentación), apoyamos el dedo meñique de la mano izquierda
y con el meñique de la mano derecha hundimos ligeramente a
ámbos lados, formando ondas. Repasamos así todo el interior.
Con ayuda del rabillo de una cuchara de postre, marcamos un
agujerito en el centro de cada onda.
Encendemos el horno a 170º para precalentarlo, mientras se
prepara la masa.
Separamos las yemas de las claras. Batimos éstas a punto de
nieve (ponerle unos granos de sal gorda o unas gotas de zumo
de limón). Añadimos la canela molida, la ralladura de zumo de
limón y el azúcar.
Deshacemos con ayuda de una cuchara de madera las yemas
antes de incorporar a la masa. Por último, incluimos las almendras
ralladas. Removemos en redondo con ayuda de una cuchara de
madera. Echamos en nuestro molde y espolvoreamos toda la
supeficie con azúcar. Horneamos durante una hora y media,
aproximadamente.
La base de masa de pan, además de proporcionar una original
y exquisita presentación, permite conservar muy jugoso el
cuajado.
También se puede hornear como un bizcocho normal:
extendiendo mantequilla y después pan rallado sobre un molde
especial para horno.
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