La provincia de Córdoba, y en concreto el sur de la misma, es la zona de Andalucía (y de España) que concentra un mayor número de museos locales, dedicados fundamentalmente a la historia de las localidades respectivas y, muy especialmente, a la Arqueología. En estos museos se pueden ver piezas de todas las épocas, desde la Prehistoria hasta la fallida industrialización del XIX y las trincheras de la Guerra Civil, resultado de una serie de intervenciones arqueológicas en una de las zonas más ricas en Patrimonio Histórico de la Península. Gracias a la Arqueología, y gracias a la recuperación del Patrimonio en esta zona, hoy conocemos cómo se desarrollaron importantes comunidades paleolíticas en hábitat de cueva; cómo fue el inicio del Neolítico en Andalucía; cómo se convirtió ésta en una de las zonas de origen de la cultura ibérica, con importantísimas ciudades y necrópolis, muchas de ellas aún sin excavar; cómo el Imperio Romano impuso su modelo socio-económico, basado en la exportación de aceite y cereales, haciendo de esta parte de la Bética una de las áreas más romanizadas de todo el Imperio; cómo aquí se asentaron importantísimas comunidades de judíos; cómo estamos ante una de las regiones más tempranamente cristianizadas; cómo, tras la caída de Roma, los territorios se organizaron de forma autónoma, con pequeñas repúblicas independientes dirigidas por obispos y oligarquías terratenientes; cómo los visigodos tardaron varias décadas en conquistar la tierra que antes había sido ocupada por los vándalos y, luego, por los bizantinos; cómo durante siglos fue uno de los territorios más ricos de al-Andalus, con asentamientos agrícolas y militares; cómo se produjo la conquista de los reinos cristianos; y cómo la economía tradicional acabó imponiéndose a una fallida industrialización que provocó tales distorsiones de todo tipo que acabaron provocando, a la larga, una Guerra Civil cuyo frente es, todavía, perfectamente definible en toda la comarca a través de trincheras y fortificaciones.
Todas estas historias, historias en la tierra, han aportado documentos preciosos, únicos, que son los objetos arqueológicos y los monumentos, que, recogidos en los museos, no sólo sirven para el trabajo de los investigadores. Son auténticas aulas abiertas para incentivar el conocimiento de la Historia más cercana a los estudiantes e inmejorables focos de atracción para generar un tipo de ocio relacionado con la Cultura, la Historia y la Naturaleza, fomentando así el conocimiento de nuestros Paisajes Culturales, que superan un viejo concepto de la Arqueología como estudio de objetos bellos para crear una interrelación del Patrimonio Histórico con el Medio Ambiente en que se localiza y la Población que lo ha generado. Y no sólo es un deber preservarlo para las generaciones futuras, es una posibilidad de desarrollo socio-económico y educativo para comunidades que nunca llegaron a industrializarse.
Este congreso, que pretender ser un foro de intercambio de experiencias, estará abierto (gracias a las nuevas tecnologías) a todas aquellas actividades de investigación y difusión referentes al Patrimonio Arqueológico, ya sean de Andalucía o de España.
3 comentarios:
Rafael, desde luego que vamos avanzando.
Un abrazo y enhorabuena.
Diego
y yo enviándote peliculitas de tres al cuarto de cuadros y demás, cuando eres todo un maestro en el arte.
Como supongo que no te lo perderás, es más te intuyo ponente, espero que des una crónica para los ausentes pero amantes del arte y la arqueología en particular. Pero tomatelo con calma, no te agobies.
Y Jerónimo Sánchez? también estará en tan ilustre evento?
un abrazo a este lado Rafael.
Lisístrata: nada de películas de tres al cuarto; es muy interesante y se la pondré a mis alumnos. Viene muy bien para la Historia del Arte. Así que te lo agradezco.
No estaré de ponente en el Congreso, entre otras razones porque su coordinación me absorbe todo el tiempo.
Naturalmente si que contamos con Jerónimo. Es un experto en la basílica de Coracho y otros temas que trataremos.
Un abrazo.
Publicar un comentario